Gracias Teun, Gracias Luciana, Muchas Gracias

Quizás en el tiempo recordemos los Juegos Olímpicos de Londres 2012 por su flamante escena cromática con la que se apostó. El fantástico contraste de la carpeta azulrosa y la pelota amarilla serán inconfundibles cuando se nos atraviesen fortuitamente imágenes de este gran evento. Pero quienes amamos este deporte sabemos que los recordaremos por algo más. Dos de los mejores jugadores de la historia del Hockey llegaban por sobre sus 35 años a jugar sus últimos Juegos. Dos gigantes que le han dado a Holanda y Argentina alegrías enormes. Ninguno de ellos hoy puede proyectarse hasta Rio 2016. Cómo nos habría gustado a muchos que se hubiesen podido colgar el Oro, creo que nadie podría pensar que no lo merecían.

Cuando Teun de Nooijer y Luciana Aymar se subieron al podio, comenzaban su despedida. Londres se encargaría de hermanar sus carreras al despedirlos con una Medalla de Plata. La cuarta medalla olímpica de ambos, la segunda de plata de ambos. Sin embargo, la trayectoria de estos jugadores mostraba otra importante intercepción: en el año 2005 ambos habían sido elegidos los Mejores Jugadores del Mundo. Nunca hubo otros dos jugadores que lograran records para sus paises como pasar la barrera de los 450 partidos internacionales de Teun y la de los 325 partidos de Luciana.

No olvidaremos esa final en la Copa del Mundo Utrecht 1998, cuando De Nooijer embocaba el gol del triunfo ante España para darle la tercera consagración a su país. Tampoco la final de la Copa del Mundo Perth 2002, donde Luciana conectaba un pase a Inés Arrondo para marcar un gol decisivo ante Holanda para la primera estrella en el fondo celesteblanco. De ahí en más cada uno fue rompiendo los records en las respectivas series masculinas y femeninas. Cada uno fue llenando de magia las canchas que tuvieron la suerte de tenerlos. Ambos se jugaron al máximo por sus colores e hicieron danzar sus palos de una manera superlativa.

Será difícil ver a las Leonas sin Aymar y a los varones de Holanda sin De Nooijer. Pero llegará ese día. Más vale que les sigamos agradeciendo todo eso que nos regalaron.