Recordamos a las Leonas de hace 10 años, cuando se erigieron Campeonas del Mundo. Habían transcurrido dos años desde que fueron bautizadas como tales en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, torneo en que consiguieron la Plata. En Amsterdam 2001 llegaría el primer Champions Trophy para las trasandinas. Todo ese trabajo iniciado por las jugadoras y el cuerpo técnico guiado por Cachito Vigil se consolidó con la obtención de la Copa Mundial en Perth 2002, Australia.
En ese equipo convergieron grandes íconos del Hockey femenino albiceleste. La experiencia de Vanina Oneto en la delantera -hoy relatora de ESPN- , de la arquera Mariela Antoniska que fue clave en la definición por el título, de Karina Masotta, goleadora y capitana de esa selección, se combinó con la juventud de una generación que no sólo renovaba en oxígeno, sino que había sido completamente formada en cancha sintética.
Soledad García, quien recién cumpliá 22 años, fue una tromba. No sólo marcó 8 goles, sino que definió partidos. Ante Nueva Zelanda, Rusia y China, fue Sole la que marcó los goles del triunfo. También lo hizo en la semifinal ante Australia, donde las Leonas vengaron la derrota en la final olímpica de Sydney. Sole marcaba también ante Corea y aportaba en las goleadas ante Ucrania y Escocia. No eran goles cualquiera. La diversidad en la definición, con giros, sombreros, tiros muy rápidos, la hicieron merecedora del título a la mejor jugadora juvenil. Entonces ya nacía la sociedad con Luciana Aymar.
Luciana Aymar fue clave en la conexión del mediocampo y la delantera. Dibujaba como lo hace ahora, pero su mayor precisión estaba puesta en la habilitación. Cuantos goles nacieron desde el pase importante de Luciana. Muchos de ellos los convirtió Sole García. Especial recuerdo nos queda el pase de Aymar a Inés Arrondo en la final contra Holanda, en el único gol marcado por las Leonas (en la foto).
Ayelén Stepnik, la otra rosarina e íntima de Aymar, fue clave en el medio. Ella marcaría el gol del triunfo ante Corea. María Paz Hernández y Mariana Gonzalez Oliva fueron los nuevos pulmones de las trasandinas en el mediocampo. No paraban de correr para la recuperación y el ataque de posición.
En la defensa se erigían 4 nombres hoy ilustres. Mercedes Margalot, la gran dragflicker que aportó con goles claves, incluido el del triunfo ante Alemania. Magdalena Aicega, quien debutara en el 95, sería la encargada de suceder a Karina Masotta en la capitanía de las Leonas luego de su retiro. Claudia Burkart, quien abrió la ruta en el triunfo ante Escocia, siguió siendo prenda de garantía hasta Rosario 2010, donde obtuvo su segunda copa del mundo. Por último la gran Cecilia Rognoni, que ostentaba una técnica preciosa y una convicción que movía montañas, también fue clave en Perth.
Un gran equipo que hoy sólo tiene a Aymar en sus filas. Luciana declaraba antes del CT de Rosario que para ella es indispensable Sole García en los Juegos de Londres. Decía que su salida la angustió en su momento, pero que tampoco la inquietaba, porque confiaba en que las cosas se arreglarían, siempre y cuando ella le dé prioridad al seleccionado. Aymar todavía confía en su sociedad con García. Una Sole que en la actualidad venía entendiendose muy bien con Carla Rebecchi y Delfina Merino en la delantera, que aún inquietaba a la defensa contraria.
Quizás todos esperemos ese pase de Luciana para que Sole lo agarre y lo vuelva gol, esta vez en la cancha azul del aquel parque olímpico inglés, a 10 años de que esta dupla firmara un pacto tan histórico como prolífico. Todavía puede ser.
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