La televisación en directo ha acompañado cada hazaña de las Leonas desde el Mundial de Utrecht 1998. Hace diez años que se ve por TV cada triunfo. Y esto es fundamental para entender por qué ha explotado el hockey femenino. Antes que esto Argentina había sido subcampeón en Barcelona 72, Mandellieu 74 (FRA) y Berlín 76, es decir, en los 3 primeros mundiales de hockey femenino. Apellidos como Mac Cormick, Taylor, Mastripieri y Medici suenan lejanos.
Sin embargo, la revolución de las Leonas no se explica sólo desde la revolución de las comunicaciones. No había en Argentina un equipo femenino con el cual identificarse. Sólo Gabriela Sabatini se distinguía como mujer en la elite. Además, las "chicas del hockey" mostraban belleza, carisma, soltura ante las cámaras y un profundo sentimiento de pertenencia a la camiseta nacional. Futboleras a pleno, se identificaban con Maradona y no necesariamente con una compañera de género. Este vínculo con el fútbol también atrajo a los varones, que no sólo se sentaban frente al televisor para ver "buenas minas" practicando deporte.
Y el éxito, claro. Desde La Habana 91 han ganado todos los Panamericanos. Desde el Mundial de Dublin 94, el equipo no baja del 4° puesto. Subcampeón en Irlanda, 4° en Utrecht 98, campeón en Perth 2002 y 3° en Madrid 2006. Compite consecutivamente en el Champions Trophy desde 1999. Nunca ha bajado del 4°. Lo ganó en 2001 y 2008 y fue 2° en 2002 y 2007. Subió al podio en los 2 últimos Juegos Olímpicos con medalla plateada en Sydney 2000 y de bronce en Atenas 2004. Ya no están Oneto, Stepnik, Karina Massotta -capitana en Perth quien levantó la copa del mundo-, Gabriela Sánchez, Mariela Antoniska, Cecilia Rognoni, Inés Arrondo y Jorgelina Rimoldi, por citar a verdaderas referencias de ciclos anteriores.
Tampoco está Sergio Vigil, el creador de las Leonas. Fue suya la idea de identificar al seleccionado con un animal. En Sydney 2000, el equipo estaba obligado a ganar los 3 partidos de la etapa final para llegar a la final. Por reglamento, "arrastraban" las derrotas de la primera parte ante Australia y España. Ante la adversidad, el gran Cachito eligió motivarlas y les tiró la propuesta de ponerle un nombre al equipo. Tras las victorias ante Holanda, China y Nueva Zelanda, el seleccionado argentino de hockey sobre césped femenino –que era un nombre demasiado largo- se convirtió simplemente en las Leonas. Las lágrimas de Oneto en plena goleada por 7-1 a Nueva Zelanda son inolvidables. Vanina había marcado 3 goles en aquel partido. Hoy, los 3 tantos de Alejandra Gulla en la final ante Alemania reflejan la continuidad de un proyecto, de una identidad.
El escudo de las Leonas se estrenó en el Champions Trophy de 2001. También allí, en Holanda, llegó la publicidad para la camiseta. Entre Sydney 2000 y Perth 2002, las Leonas trascendieron y redefinieron este deporte. Antes el hockey tenía cuatro líneas en el diario, ahora está en la tapa. Desde entrar gratis en las discos o firmar contratos publicitarios, hasta ser convocadas por empresas para contar sus experiencias.
Sin embargo, las dificultades aún continúan. La cancha del Cenard no está a la altura de este equipo y muchas jugadoras, además de estudiar, trabajan porque la beca no les alcanza. Pero si no debieran superar adversidades, no serían las Leonas. A casi 15 años del primer rugido, la leyenda continúa y sigue vigente, desda acá hasta la China.
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1 comentario:
Increible la nota!!
Se me pone la piel de gallina al leer semejante historia...
Realmente tienen merecido el lugar en el que estan.
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