Alemania la tuvo más difícil ante Corea. Si bien logró ponerse en ventaja con un corto de Lydia Hasse y llevarse la primera parte, las asiáticas dieron pelea. Sus llegadas fueron profundas y fue raro que no pudieran encajar una pelota en el arco alemán. Sin embargo, al regreso del corte, por intermedio de Cheon, dieron dos estocadas para ponerse por delante por 2-1. Alemania estaba en jaque. Pero bueno, ¿puede darse por perdido un equipo alemán aun falten escasos minutos?. Nunca. Julia Müller abrochó el empate con un corto a falta de cuatro y Eileen Hoffmann despejó la posibilidad de alargue en el último minuto, Alemania ganaba 3 a 2, clasificaba a la final y a la Copa del Mundo 2014.
Holanda, en cambio, marcó una diferencia significativa ante el Nº3 del mundo, Nueva Zelanda (5-2). La capacidad de las naranjas para pasarse la pelota en espacio reducido es impresionante. Rápidos dribblings, disposición perfecta de las jugadoras, triangulaciones sostenidas, la pelota que circula limpia en cualquier sector del campo. El peso ofensivo de las europeas, además, repartido en tantas jugadoras, resultó en un juego a piacere. Cabe mencionar a Kim Lammers, que increiblemente aun no es nominada a la mejor del mundo; es que desviar lo que desvia ella es un plus para cualquier escuadra. Impresionante. En fin, Holanda pisa fuerte y será más que difícil robarle el trofeo el sábado.
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