China 0, Argentina 2
Noel Barrionuevo (PC) 51' Luciana Aymar (FG) 60'
La concentración superaba a la magia. Ambos equipos movían muy bien la pelota en la primera parte, pero no eran muy profundos en sus llegadas. El ambiente era especial para el juego, temperado por una afición que no paraba de cantar. Las Leonas se fueron aproximando poco a poco. Pero de pronto fallaron 5 cortos seguidos. Eso pegó en los corazones albicelestes, apareció una pequeña inseguridad. No se obtenía recompensa en la jugada más importante. Sin corto será casi imposible ganarle a Holanda, todos lo saben, aparecía una mínima frustración ahí. Esto agrandó a China. En la última parte de esa fracción las asiáticas pusieron más peso en el ataque, ejerciendo una presión que les fue bastante difícil de repeler a las anfitrionas. Lo denotaban las caras trasandinas cuando enfilaban camarines, luego del corte.
Argentina llegaba más, penetraba más veces el semicírculo chino, pero la sensación de que el partido se ganaba, no se hacía evidente. No por eso no se jugaba a un altísimo nivel, la pelota circulaba veloz y segura, faltaba sólo el desequilibrio. Por suerte llegaría el corto que se separó de los demás. Barrionuevo había recargado su batería mental y flickeó con tanta rabia contenida, que la pelota no sólo venció al arco chino sino también la red, seguramente china, al perforarle el ángulo superior derecho. 1-0.
Luego, bueno. Vendría una jugada como la que uno se pasa con la cabeza en la almohada, con los ojos apagados, y que se repite una y otra vez, con la imagen de uno mismo superando todos los obstáculos en una ejecución perfecta. Un sueño para cualquier jugador, para cualquiera que haya sentido la pasión de jugar Hockey.
La número 8 en mediacancha. Totalmente quieta y la pelota sobre su derecho. De pronto se lanza. Al primer bloqueo lo abre a su derecha, para luego recortarle hacia adentro, la marea y se la saca. El segundo aparecería por su izquierda, pero ya iba en carrera, revés largo, dos trancos, chao. El tercer bloqueo pisaba la medialuna. Aymar en conducción franca y abre la pelota aún más sobre su derecha. Apenas la defensora china insinua un cambio postural, la Maga la trae toda sobre su pie izquierdo, ya hacía el área contraria. Tres o cuatro pasos, se acomoda sobre el derecho y cayendose la mete entre arquera, el segundo poste y la ovación ensordecedora de un público delirante. Una afición que se sabe con la mejor de todas. Una jugada maravillosa. Ella lo hizo realidad. Ella convirtió lo que cada uno de los que hemos sentido pasión ha soñado en su intimidad. En un mundial, cuando ya no queda más salida. Por eso es la mejor del mundo. Parece que el Hockey ella lo hubiese vuelto a inventar. Aymar es simplemente fantástica.
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