Pakistán ganó su único título Mundial Junior en 1978 y de ahí en más obtuvo sólo una plata y tres bronces en esa categoría. Los Greenshirts ganaron el torneo inaugural en Versalles Francia al batir a Alemania Occidental en el partido final. En la 2ª Copa Mundial Jr que fue ganada por la propia Alemania Occidental, Pakistán remató en 3er puesto, fue en Kuala Lumpur 1982. El bronce se repetiría en Vancouver 1985 e Ipoh 1989. En el Mundial de Terrassa 1993 sería el último podio de los asiáticos, al obtener el 2° lugar luego de perder la final ante Alemania unificada.
Las 5 medallas de Pakistán Jr se mantienen desde hace 16 años, a mucho pesar de ellos. El Brasil del Hockey no ha podido superar el cambio de superficie y la alta preponderancia del juego táctico grupal. Dueños de un talento encomiable y cargados de magia en la improvisación, los Greenshirts añoran tiempos de gloria. Los años pasan y pesan y el retorno no aparece. Tal como a sus hermanos de India, hoy la medianía de tabla hacia arriba constituye un éxito. En la última y reciente cita juvenil, derrotaron holgadamente a Argentina para colgarse el 5° puesto. Y si bien está lejos de la ulterior supremacía, terminó siendo el mejor equipo de Asia en el torneo.
Por el bien de nuestro deporte ojalá algún día se disipe la nostalgia y remonte ese orgullo verde. Porque el Hockey mundial se vio galardonado con la solemnidad y destreza del Hockey de Medio Oriente. Ese talento que nacía desde lo más adentro de sus pueblos y que llevó a maravillar al mundo con ese toque de gracia inesperado. Pakistán empuja y empuja, pensando que algún día volverá a ser grande. Como si aún no lo fuera.
Para ser el campeón ¿se nace o se hace? Más bien parece que se hace, hoy por hoy, al menos.
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