
Las 5 medallas de Pakistán Jr se mantienen desde hace 16 años, a mucho pesar de ellos. El Brasil del Hockey no ha podido superar el cambio de superficie y la alta preponderancia del juego táctico grupal. Dueños de un talento encomiable y cargados de magia en la improvisación, los Greenshirts añoran tiempos de gloria. Los años pasan y pesan y el retorno no aparece. Tal como a sus hermanos de India, hoy la medianía de tabla hacia arriba constituye un éxito. En la última y reciente cita juvenil, derrotaron holgadamente a Argentina para colgarse el 5° puesto. Y si bien está lejos de la ulterior supremacía, terminó siendo el mejor equipo de Asia en el torneo.
Por el bien de nuestro deporte ojalá algún día se disipe la nostalgia y remonte ese orgullo verde. Porque el Hockey mundial se vio galardonado con la solemnidad y destreza del Hockey de Medio Oriente. Ese talento que nacía desde lo más adentro de sus pueblos y que llevó a maravillar al mundo con ese toque de gracia inesperado. Pakistán empuja y empuja, pensando que algún día volverá a ser grande. Como si aún no lo fuera.
Para ser el campeón ¿se nace o se hace? Más bien parece que se hace, hoy por hoy, al menos.
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