viernes, diciembre 21, 2012

Pablo Rodríguez - PW Hockey All Rounder 2012

Es un honor haber compartido esta consagración con Michelle, quien fue una fuera de serie en todo sentido. Como dije al recibir el premio, me habría encantado haber sido tan completo como ella. Sé que fui un buen jugador de Hockey, pero no pude ser el mejor compañero. Qué ganas de haber tenido esa madurez para lograrlo. No me siento orgulloso de esto en lo más mínimo, pero sí me siento tremendamente orgulloso de, aún así, haber recibido el All Rounder. No me lo esperaba, la verdad.

En amor amarillo siempre tendrán un lugar especial los All Rounders. Como no puedo hablar en primera persona de lo que hice por el Club, dejaré el discurso que prepararon Tomás Rodríguez y Rodrigo Hernández.

Fue porque Miguel Maldonado necesitaba armar el hockey masculino del PWCC que este personaje llegó a escena. El Migue, hacía también clases en su colegio y en 1983 tenía que fortalecer a los equipos de hombres. Necesitaba sumar gente y fue, entonces, cuando lo convidó, junto un puñado de otros deportistas, a formar parte de las filas amarillas.
En pocas semanas, dio las suficientes muestras de entusiasmo para ser aceptado como jugador. Y en pocos meses entró en un trance por el hockey que lo dejaría “fuera de juego” para cualquier otro panorama posible.

Gracias al alto auspicio de la micro, Bilbao lo Franco, llegaba a todos los entrenamientos. A todos. Así se hizo de buenos amigos y fue acomodándose hasta ser reconocido, a fin de año, como el mejor jugador sub14 del Club. Luego de comerse una merecida copa de helado, se llevaría a casa una de las primeras pelotas de plástico que se vió en el planeta hockey.

¡Qué premios más irresistibles! ¿Habría alguien podido ignorar tan perfectos estímulos? Bueno, él no lo consiguió. Por eso, en 1984, redobló el esfuerzo y junto a su equipo logró los primeros laureles para la categoría. Esta vez, se llevaría todos los torneos de sub14 de la temporada, plasmando un hockey de mucho pase, de mucha lucha y de mucha entrega.

La gira por Buenos Aires de 1985 y las varias que le siguieron en 1987 y 88, naturalmente, que internacionalizarían su mirada. Él empezaría a admirar el estilo del hockey argentino, lleno de giros, de cambios de juego y ataques punzantes. Así aprendería de sus rivales y comenzaría a mimetizarse entre ellos. Si te digo que hasta hablaba con algún acento, “es que nó me lo vas a creeer”. Incluso se dejó crespos largos en la nuca, atrás, asemejando notoriamente a la melena del seleccionado trasandino, Cachito. Aunque no se sabe mucho, uno de sus sobrenombres fue “Amague de Cachito”. Algunos de Manquehue le llamaban así.

En fin, todo lo que recogió en Argentina y Chile, lo vació en el Club de las Tres Plumas. En 1987, junto a su equipo de juveniles ganaría, por segunda vez, el torneo de Ascenso y comprobaría su calidad, al salir vicecampeón en el clásico Torneo de Apertura que se jugaba en casa. Era marzo de 1988. Era la primera vez que superaría al mírico PWCC 1 de los MacDonalds, Stockins, Thiermanns, Dunfords, Homers, Arcos, y Villalabeitias. Trepando en la década de los noventa, el PWCC 1 se reestructuraría, comenzando así una época muy importante para el hockista que premiamos hoy.

Junto a sus compañeros de juventud pasó NUEVAMENTE a ser protagonista del Torneo, logrando 3 finales nacionales y 4 vicecampeonatos, en 5 años. Si bien la felicidad no se le dio, SI se vio nacer a un tremendo seleccionado nacional que representaría a Chile, a nivel adulto, en instancias tan importantes como los Sudamericanos de 1994 y de 1998, y el Panamericano de Mar del Plata. A esta altura, nuestro “midfielder”, mediante su estilo de marca férrea y obsesión por la calidad del pase, ya era considerado una pesadilla no sólo por el bando enemigo. ¡Pobre del que se equivocaba en el Club... ahí estaba él corrigiendo!!!

Convertido en un gran armador chileno, su década dorada culmina con la primera gira de la selección adulta a Holanda y España.

Han pasado ya varios años de aquellas historias, transcurridas en las canchas de pasto, gimnasio, viajes a CONCE y toda locura que se planteara, mientras estuviera incorporada la palabra “hockey”.

Tras su paso por la dirección técnica de PWCC B y sus 5 años de aporte en la Rama, hoy podemos decir que ha dejado un legado... una huella. Y esa huella se llama Amor-Amarillo.

Con casi 200.000 visitas, has convertido nuestra casa como un ejemplo de trabajo constante en la difusión y comunicación del hockey nacional e internacional. Tienes miles de seguidores, todos anónimos que nos visitan a diario para informarse y conocer el quehacer del club y del deporte que tanto queremos.

Estimado, has jugado un gran partido nuevamente, y a ellas les puedo decir que eres un excelente "Partido".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Grande Pablo! Muchas gracias por todo lo que le has aportado! Siempre he admirado tu pasion por el juego y tus ganas de entenderlo, para mi siempre eres una voz tremendamente valida al hablar de hockey!
Me alegro que te hayan dado el All Rounder, mas que merecido.
Abz de gol,
Mauro

PD: Agradecimiento aparte para amor amarillo! Gran legado