Gabriel Minadeo dejó a las Leonas luego de la obtención de la Pan Am Cup en Bermudas. Con ello dejó atrás un ciclo que duró alrededor de cuatro años, donde tuvo que suceder al mítico Cachito Vigil. En entrevista dada a un medio deportivo, seguimos parte de lo que ve en la Argentina que deja y el concierto mundial del Hockey.
¿Te tocó realizar el trabajo sucio de acelerar el recambio?
Es verdad, hubo que ocuparse de esa parte, pero ésas son las reglas del juego y la responsabilidad de un entrenador. Todo va de acuerdo con los momentos: a partir de 1997, Cachito tuvo que tocar las fibras del plantel para que el seleccionado pudiera escapar del cuarto puesto y pegar por fin el gran salto, algo que consiguió. Durante mi gestión se atendió el tema del recambio, que era necesario hacer. Lo peor fue justamente eso: haber dejado a jugadoras fuera de una lista o del sistema. Es un momento feo.
A la vez, tuviste que convivir con la etapa de oro de Holanda, que fue algo así como el verdugo de las Leonas.
Es que el hockey femenino se manifiesta así. Entre 1990 y 2000, el gran dominador fue Australia. La Argentina estuvo en lo más alto entre 2000 y 2003 y después llegó la hegemonía holandesa. Estoy seguro de que Holanda seguirá en un nivel muy alto, porque los mejores del mundo, tanto varones como mujeres, emigran para esa liga, ya que su hockey es casi profesional.
¿Cómo está la estructura del hockey argentino?
Avanzamos permanentemente, pero siempre seguimos 5 o 6 años retrasados respecto de los países más desarrollados en este deporte, como Holanda, Australia y Alemania. Me refiero a la tecnología, a las canchas, a muchas cosas.
¿Cuáles fueron los puntos altos y bajos de tu gestión?
Lo mejor fue la medalla de bronce en Pekín, porque revalidamos el trabajo de cuatro años y el podio obtenido en Atenas 2004. ¿Lo peor? No lamento que hayamos perdido algún partido en particular ni que hayamos quedado fuera de alguna final. Es lo que decía: lo desagradable fue desafectar jugadoras.
¿Estás conforme con tu manejo de grupo o cambiarías algo?
En teoría, una jugadora no debería tener tanta opinión, pero a mí me dio resultados. Mis principales interlocutoras fueron Magdalena Aicega y Luciana Aymar, por una cuestión de experiencia y capitanía. Ellas, que superaron los 10 años en el seleccionado, conocen a las jugadoras rivales más que cualquier entrenador. Igualmente, Magui y Lucha jamás tomaron una decisión por mí ni influyeron en una lista, eso seguro.
¿Qué creés que aportaste?
Considero que trabajé con pasión, más que por el dinero. Ofrecí tranquilidad en un equipo que siempre vive bajo la presión de la prensa. Y busqué la manera de seguir aprendiendo, porque el hockey se renueva permanentemente.
¿Cómo le puede ir a la Argentina en el Mundial 2010, con Carlos Retegui como DT?
No bajará del podio. Las Leonas son potencia y contarán con el invalorable plus de ser anfitrionas
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