Esta mañana asistimos a un gran encuentro entre Argentina y Estados Unidos, dos de los grandes de América. A pesar de la gran diferencia con que finalizó el partido, Estados Unidos, consciente de su menor diversidad de recursos, igual se dio maña para atacar la valla argentina con rápidos contragolpes, mediante los cuales consiguieron bastantes cortos. El gran Juan Vivaldi, quien aún no debe ir a buscar la pelota al fondo del arco, repelió una y otra vez las embestidas norteamericanas.
Argentina fue subiendo escalón por escalón hasta marcar un 8-0 inexpugnable. Con defensores de gran capacidad física, un mediocampo versatil y una delantera con grandes definidores, los albicelestes estuvieron intratables hoy.
Al camino les saldrá Canadá, un rival psicológico más que hockístico. Seguramente el hecho de enfrentarlos en semifinales disminuye la presión para Argentina, quien aún está dolido de haberse perdido los JJOO y que, por cierto, ahora vino con toda su armada para conseguir el boleto directo a Nueva Delhi.
Un lujo de hockey se está jugando en el Prince of Wales.
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