Luego de treinta y seis años en que todavía se recuerda el duelo entre ambas selecciones en Mexico 70, donde la Italia de Gigi Riva amasó un mágico 4 a 3, en el desafío de ayer en Dortmund brotaban las espectativas. La nostalgia italiana necesitaba confirmar esa gran semifinal. Sin embargo, Marcello Lippi se presenta en la sala de prensa luego del partido como si hubiese sucedido algo lo más normal del mundo. Cierto, estaba emocionado y feliz. Cierto, reconoce no haberse imaginado un partido así de emocionante y no se guarda en el uso de adjetivos como ‘eccezionale’, ‘fantastico’ e ‘stupendo’.
“Cuando imaginaba este partido no lo imaginaba con tanta emoción, aunque se ha acercado a aquella de Mexico 70. Sin embargo, en el plano técnico y táctico se ha ajustado exactamente a lo que pensé” aclara Lippi. Luego explica cuales han sido las dos llaves que decidieron el desafío. “Los periodistas que han escrito que el partido sería ganado por el equipo que conquiste la pelota en el mediocampo, tenían razón”. “Pero lo importante ha sido obtener la superioridad numérica en el centro. Yo sabía que si bajaba la posición de Totti, Klinsmann nunca habría enviado a un central hacia arriba a marcarlo y, de hecho, sacrificó un mediocampista, dándonos ventajas que nos permitieron controlar el partido”. “Pero en realidad no tenía alternativa, porque si optaba por un defensor habría tenido que dejar un sólo hombre con Toni”.
“Haber perdido en la lotería de los penales habría sido injusto, porque aunque no habíamos creado tantas jugadas de gol, aparte de los dos palos del suplementario, habíamos ejercido un evidente dominio territorial”.
Si el primer movimiento para superar la valla alemana lo había estudiado previo al partido, el segundo, para marcar los dos goles definitivos, lo ha madurado guardando los cambios para el tiempo suplementario. “Al final el centrocampo era saltado; contabamos con sólo el ataque y la defensa, ya que se las acciones sucedían a un lado u otro de la cancha. En este caso, quien decidiría sería la calidad: quien tuviese la mayor, vencía. Por eso he jugado el suplementario con cuatro atacantes, porque tienen calidad y también, podrían haber sido importantes en caso de definir en penales. Cuando he enviado al campo a Del Piero le he dicho a la banca: ‘Ora fa il gol della vittoria’, y he errado, pero no por mucho”.
‘Sarebbe stato ingiusto perdere ai rigori: abbiamo dominato’ -- recalca Lippi – quien no quería llegar a los penales. ‘Ho chiuso con quattro attaccanti ed ero sicuro del gol di Del Piero’
Ahora Italia va a Berlín y sabrá está noche su rival, pero Lippi invita a todos a mantener la calma. ‘Chi viene viene – dice – sería una lesera hablar de preferencias’. ‘Abbiamo fatto qualcosa di fantastico vincendo una semifinale contro una squadra gasata che giocava in casa, con il tifo di 60 mila persone a favore, ma non è ancora finita: adesso bisogna cercare di completare l'opera’.
Así es, el desafío no está terminado. Ahora se requiere completar la ópera. La experiencia y el trabajo de Lippi seguramente darán con la fórmula. Sólo hace falta ponerse cómodos y aguardar a ver si engrana el último movimiento. De momento, nos ha regalado una gran muestra de sabiduría táctica.
“Cuando imaginaba este partido no lo imaginaba con tanta emoción, aunque se ha acercado a aquella de Mexico 70. Sin embargo, en el plano técnico y táctico se ha ajustado exactamente a lo que pensé” aclara Lippi. Luego explica cuales han sido las dos llaves que decidieron el desafío. “Los periodistas que han escrito que el partido sería ganado por el equipo que conquiste la pelota en el mediocampo, tenían razón”. “Pero lo importante ha sido obtener la superioridad numérica en el centro. Yo sabía que si bajaba la posición de Totti, Klinsmann nunca habría enviado a un central hacia arriba a marcarlo y, de hecho, sacrificó un mediocampista, dándonos ventajas que nos permitieron controlar el partido”. “Pero en realidad no tenía alternativa, porque si optaba por un defensor habría tenido que dejar un sólo hombre con Toni”.
“Haber perdido en la lotería de los penales habría sido injusto, porque aunque no habíamos creado tantas jugadas de gol, aparte de los dos palos del suplementario, habíamos ejercido un evidente dominio territorial”.
Si el primer movimiento para superar la valla alemana lo había estudiado previo al partido, el segundo, para marcar los dos goles definitivos, lo ha madurado guardando los cambios para el tiempo suplementario. “Al final el centrocampo era saltado; contabamos con sólo el ataque y la defensa, ya que se las acciones sucedían a un lado u otro de la cancha. En este caso, quien decidiría sería la calidad: quien tuviese la mayor, vencía. Por eso he jugado el suplementario con cuatro atacantes, porque tienen calidad y también, podrían haber sido importantes en caso de definir en penales. Cuando he enviado al campo a Del Piero le he dicho a la banca: ‘Ora fa il gol della vittoria’, y he errado, pero no por mucho”.
‘Sarebbe stato ingiusto perdere ai rigori: abbiamo dominato’ -- recalca Lippi – quien no quería llegar a los penales. ‘Ho chiuso con quattro attaccanti ed ero sicuro del gol di Del Piero’
Ahora Italia va a Berlín y sabrá está noche su rival, pero Lippi invita a todos a mantener la calma. ‘Chi viene viene – dice – sería una lesera hablar de preferencias’. ‘Abbiamo fatto qualcosa di fantastico vincendo una semifinale contro una squadra gasata che giocava in casa, con il tifo di 60 mila persone a favore, ma non è ancora finita: adesso bisogna cercare di completare l'opera’.
Así es, el desafío no está terminado. Ahora se requiere completar la ópera. La experiencia y el trabajo de Lippi seguramente darán con la fórmula. Sólo hace falta ponerse cómodos y aguardar a ver si engrana el último movimiento. De momento, nos ha regalado una gran muestra de sabiduría táctica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario